Llamado también clavicémbalo, cémbalo, gravicémbalo, clavecin o clavicímbalo
El aspecto externo del
clave
es semejante al de
un piano de cola afilada;
al igual que éste, se trata de un instrumento de cuerdas y teclado: las cuerdas están colocadas en la parte superior de una tabla de armonía que tiene por misión amplificar las vibraciones;
el ejecutante se sienta ante el teclado. Pero la semejanza termina aquí.
Las cuerdas del piano son percutirdas por martillos, en tanto que las del clave son puntea das mediante
un
plectro,
de modo semejante al
salterio
y precisamente este mecanismo es la característica del instrumento.
Una sencilla baqueta de madera, llamada
sautereau,
está colocada entre la tecla y las cuerdas. Una lengüeta basculante apoyada en una muesca situada en el extremo del
sautereau
es la que sujeta el
plectro
en forma pico de pluma. La tecla funciona a modo de balanza;
cuando se la hace descender, su parte posterior se eleva, salta el
sautereau
y el pico de pluma puntea la cuerda;
vibra entonces ésta y se mueve la lengüeta basculante. Cuando la tecla vuelve a su posición inicial, el
sautereau,
llevado de su propio peso, recupera la posición primitiva sin que el pico de pluma roce de nuevo la cuerda. Un pequeño resorte a base de una cerda vuelve la lengüeta a su posición inicial. Al caer, el
sautereau
mueve un
apagador
que se apoya sobre la cuerda y detiene las vibraciones.
Tal es el mecanismo descrito por
Arnaut de Zwolle
a mediados del siglo xv, mecanismo que fue adoptado, durante tres siglos, en la construcción de
claves,
espinetas,
virginales,
instrumentos todos pertenecientes al grupo de los de
cuerdas punteadas
que no deben ser confundidos con el
clavicordio,
de
cuerdas percutidas
por piezas de madera coronadas con unas terminaciones metálicas.
Aparecida en la misma época que el clave, la espineta (y también su derivado inglés, el virginal) se diferencia de éste por la posición de las cuerdas.
Las de la
espineta
se situan paralelamente al teclado, las que el
clave
perpendicularmente. A causa de ello el clave es alargado, semejante al
piano de cola,
en tanto que la spinetta es rectangular, pentagonal o en forma de ala (a la italiana);
resultó siempre un instrumento más modesto, de amplitud más reducida, que ocupa menos espacio y es menos caro. Generalmente posee teclado único, una única hilera de cuerdas, en tanto que el clave se benefició de los hallazgos en el descubrimiento de nuevos timbres.

Hay que señalar el hecho de que, a pesar de sonar al unísono, los dos registros de 8 pies no ofrecen el mismo timbre, porque sus
sautereaux
no atacan la cuerda en el mismo punto: una hilera de ellos puntea la cuerda en un punto cercano al teclado, y al ser mayor la longitud de la vibración la nota suena con mayor plenitud;
por el contrario el segundo ataca a la cuerda en un punto más próximo a la tabla de armonía, con lo que la sonoridad es más mordiente.
A estos tres registros los alemanes y los ingleses añadieron una serie de cuerdas que suenan a la octava inferior, de 16 pies, que no es nunca ha usado por los franceses. Figura en la mayor parte de los claves modernos.
Un nuevo registro se obtiene colocando una tira de piel de búfalo o de fieltro entre las cuerdas; el sonido, apagado, seco, se parece al de laúd.
También se pueden obtener nuevos timbres mediante la modificación del
plectro. El
sautereau
clásico se fabrica con plumas de cuervo, a la vez flexibles y resistentes;
los picos más largos o más recios dan un sonido más fuerte;
pero las
espinetas
(y de aquí su nombre) utilizan una espina en su plectro;
en Italia, en el siglo XVI, los
sautereaux
están provistos de picos de cuero.
Pascual
Taskin
introdujo de nuevo esta costumbre en Francia a finales del siglo XVIII. Su “jeu de buffle” "registro de búfalo",
que daba una sonoridad dulce y aterciopelada, conoció un éxito que se ha prolongado hasta nuestros días.
Así pues, un clave podía poseer tres o cuatro registros distintos;
incluso más a medida que se avanza en el siglo XVIII.
Para combinarlos o
separarlos se utilizaron primero unas tiras que desplazaban el registro en el que se hallaban los
sautereaux, los alejaban o aproximaba la las cuerdas. Pero para cambiar de registro era preciso apartar la mano del teclado o servirse de un ayudante.
La invención de las rodilleras, y después de los pedales, eliminó este inconveniente.
De construcción delicada y que exigía un mecanismo separado, no se impusieron hasta la segunda mitad del siglo.
Al mismo tiempo que el clave enriquecía y variaba en sonoridad, aumentaba la extensión de su teclado. Las primeras espinetas constaban de tres octavas y media. Desde principios del siglo XVII, momento de la gran producción de los Ruckers, el teclado consta ya de cuatro octavas. Pronto constaría de 56 teclas (lo que se denominó ravalement) o de mayor extensión o sea a extendidos en aval, hacia abajo, el grave.
El gran
ravalement, reglamentario a fines del siglo XVIII, corresponde a una extensión de 61 notas, o sea cinco octavas completas.
La consecuencia de esta extensión del teclado es la transformación de los antiguos instrumentos sometidos a tal reforma, es decir enriquecidos con el aumento de una octava.
Este clave de cinco octavas, dos teclados, dos registros de 8 pies, uno de 4 y eventualmente uno de 16, un registro de laúd (o
stacatto)
constituye el instrumento clásico del siglo XVIII, y destaca por la precisión y el color de sus variados timbres.
Llegado a este punto de equilibrio y perfección fue destronado, con desconcertante rapidez, por el
piano forte,
que con su capacidad de graduar la intensidad de los sonidos permitía efectos más fáciles. El renacimiento del clave a que asistimos desde principios de siglo muestra que ambos instrumentos, que responden a distintas estéticas y estilos musicales, pueden coexistir perfectamente.
Los más conocidos constructores de clave son los célebres
Ruckers de Amberes.
Desde finales del siglo XVI y durante todo el XVII,
Hans, Andreas, Hans el joven y Jean Couchet, su sobrino, aseguraron la excelente reputación de la escuela flamenca.
La construcción francesa deriva directamente de la anterior y está representada en el siglo XVII por la familia
Denis, M. Richard y N. Dumont,
y, en el siglo XVIII, por los
Blanchet
y su discípulo
Taskin.
En Italia, muy importante desde principios del siglo XVI (Baffo en Venecia, Domenico de Pesaro), destacó después por el número de constructores;
de ellos conservamos pocos nombres, a excepción del tradicionalmente considerado como
inventor del piano forte Bartolomeo Cristofori.
En cambio Alemania e Inglaterra Brillaron en el siglo XVIII; Alemania y gracias a Dülken, Hubert y los Hass de Hamburgo; Inglaterra con Shudi, Baker Harris, Longman, los Hitchcock y Kirkman.
Foto 1
Clave francés:Fait per moy, Vincent Tibaut,
a Tolose 1979Museo instrumental del conservatorio, Bruselas
foto 2
Clave doble, firmado por Jean Coenen (1734)
Museo Plantin, Amberes
foto 3
Clave de cuerdas frotadas, de rueda con teclado
de Raymundo Truchad0 (1625)
Museo instrumental del Conservatorio real, Bruselas
foto 4
Clavicordio italiano del S XVI.
Museo del conservatorio de Paris
foto 5
Clave de Ruckerrs S XVII
Museo instrumental, La Haya
foto 6
Tañedora de espineta
Pintura de J.M.Molenaer
Rijskmuseum, Amsterdam
Compositores:
En Italia
Siglo XVII
*** Girolamo Frescobaldi -
Cento Partite
Siglo XVIII
*** Domenico Scarlatti-
Sonatas
En Portugal
Siglo XVIII
*** Carlos Seixas-
Sonatas
En España
Siglo XVIII
*** Sebastian de Albero -
Sonata
***Padre Soler-
Fandango
Jose de Nebra
En Paises bajos
***Sweelinck-
Fantasia cromatica
En Alemania
Siglo XVII
***
Matthias Weckmann-
Suite en Si menor
*** Dietrich Buxtehude-Wie schon leuchtet der Morgenstern
*** Johann Kaspar Kerl-
Toccata in A Minor
***
Johann Pachelbel-
Hexacordum apollnis
***
Georg Muffat-
Varias
Siglo XVIII
***
J S Bach-
Partitas para clave
***
Johann Mattheson-
Sonatas
***
Christoph Graupner-
Partitas
***
Carl Philipp Emanuel Bach-
sonata
En Francia
Siglo XVII
***
Jacques Champion De Chambonnières -
Pièces de Clavecin,
***
Louis Couperin-
pasacalle
***
Jean-Henri d'Anglebert-pieces pour clavecin
***
Jean-Nicolas Geoffroy-Suite en c
***
Nicolas Lebègue -
pieces pour clavecin
Siglo XVIII
*** François Couperin-l'art de toucher le clavecin
*** Jean-Philippe Rameau -
Les indes galantes
*** Louis Marchan-Suite
*** Charles Dieupart-suite nº 5
*** Louis-Nicolas Clérambault-
prelude en c major
*** Gaspard Le Roux- Pièces en Re min
*** Jean-François Dandrieu- premier livre de clavecin
*** Élisabeth Jacquet de la Guerre- suite nº 5 in D menor
*** Gaspard Le Roux- Pièces en Re min
*** Jean-François Dandrieu- premier livre de clavecin
*** Élisabeth Jacquet de la Guerre- suite nº 5 in D menor
*** Joseph Nicolas Pancrace -
Royer pieces de clavecin
*** Nicolas Siret- pasacalle
*** Nicolas Siret- pasacalle
En Inglaterra
Siglo XVI
*** William Byrd-
Fantasia
Siglo XVII
*** Peter Philip-
Pavana y galiarda
*** Orlando Gibbons-pavana y galiarda
*** Orlando Gibbons-pavana y galiarda
Siglo XVIII
*** William Croft-
suite nº 14 en G menor
*** Handel-
Suites y fugues