No estando tú
Mamá yo no te olvido. Miro tu casa desde la calle y veo las persianas cerradas, la terraza vacía y en su interior, desde que te fuiste, para mi no hay vida, en tu casa se detuvo el tiempo para siempre y solo quedan los recuerdos. Todo terminó. Desalojé tu casa. pero yo sé que... no estando tú, la materia no vale nada. Algunos muebles acabaron como un desecho en un contenedor, donde va a parar lo que no sirve, los trastos viejos que estorban. Lejos. Algunos otros, los que dicen que tenían mas valor: sillerías isabelinas, cornucopias, espejos, lámparas centenarias, se los llevó un anticuario a cambio de nada, "por hacernos un favor". Después los vi en venta en el mercadillo de los Encantes a precio elevado. Y tantas otras cosas como objetos de plata, obras de arte, grabados, dibujos, piezas antiguas...etc, se pusieron en lotes para el reparto de herencia. Esta fue la única gestión de la que yo no me encargue. Estaba tan triste, tan agotada, tan estresada con todo que no fui