— Le envié un mensaje: “Me parece muy bien que te desahogues. No dejes de hacerlo para que no se resienta tu inestabilidad emocional. Tu pensamiento, polarizado y dicotómico, etiqueta como polichinelas de la escritura a los que no llegamos, según tu criterio, al nivel que hay que tener para hacer literatura. Ese, en el que tú crees estar”. Le pareció una ofensa y acabó la relación de manera caótica. —¿Te bloqueó? — Si. Cuando se le replica, se le contraría y se le dicen las verdades, no sabe hacer otra cosa. Si lo hace con otros ¿por qué no iba a hacerlo conmigo?. Bloquear es el deporte más resolutivo de este medio. Las relaciones que se establecen, esas tan frágiles, son las que a la primera embestida, se rompen. Y...¡zas! surge, entre otras cosas, el bloqueo facebuquista, ese que quiere decir: “si te vi, no me acuerdo” — Pues ya sabes “A enemigo que huye, puente de plata” — Si, si, además de facilitarle el camino, yo también conjugo el verbo: yo bloqueo, tú bloqueas...
Anna Jorba Ricart es Aurora Hildegarda. En el límite de la realidad y de la ficción. Tu espacio para descubrir autenticidad.