Ir al contenido principal

Basura humana Abusos Ya no te creo Caída libre Asoma la evidencia

BASURA HUMANA ABUSOS 

YA NO TE CREO  CAÍDA LIBRE ASOMA LA EVIDENCIA



BASURA HUMANA

Enseguida supe lo infeliz que sería cuando asomó tu violencia. Escapé para seguir viva. Me escribes sumiso porque quieres volver. Tu carta es un tizne de palabras negras envueltas en lisonja, un borrón en un folio arrugado de un estúpido que tiene la pretensión de saberse imborrable. En el resquicio de este anhelado presente juicioso, quiero tener fuerza para olvidar el pasado perturbado que me diste.

ABUSOS

Yo llevaba pantalón corto gris, calcetines verde oscuro, zapatos negros de cordones y un bleiser a cuadros de Gales. Estudiaba Bachiller en aquel colegio religioso. Mi padre había muerto en un accidente y mi madre enfermó. Nadie venía a verme. Solo él.
El internado era duro, con mucha disciplina. Asignaturas que me parecían difíciles como ciencias, matemáticas, literatura, lengua, religión etc. Lo que más disfrutaba en los recreos era jugar a fútbol con mis compañeros. Pero...sumirada fija en mi y su media sonrisa.
Los domingos a los otros niños los venían a buscar para comer fuera y por la tarde, acompañados de sus padres iban al cine. Proyectaban dos películas. Las recuerdo muy bien, Ben Hur, Espartaco, Cleopatra, Los últimos días de Pompeya, Quo Vadis.
Sus imágenes, en la oscuridad, me impresionarontanto comosus malditas manos sobre mi.

Él, con su mirada fija y su media sonrisa, y sus malditas manos sobre mi, nunca me dejó ser quien hubiera podido ser.

YA NO TE CREO


Tras la violencia, tus palabras son un tizne en un papel en blanco, un borrón en un folio arrugado.
Me escribes de nuevo envuelto en lisonja, ahora que tengo un presente juicioso mejor que todo el pasado perturbado que me diste, palabras sin contenido, empalagosas como un merengue.
Letras fugaces que no son nada.
¡Qué estupidez!
Y quieres volver,
¡ Qué estupidez !
Tus palabras van donde se merecen:a la basura.
************

CAÍDA LIBRE




— Le faltarán, al menos, un par de centímetros para alcanzar la barra del trapecio, si al iniciar la pirueta no da más impulso a su salto.

Le repetía el maestro en cada ensayo.


Consiguió a la perfección dar la fuerza exacta al balanceo, pero en cada intento, a dos centímetros, le esperaba la amenaza de su violenta entrepierna.

El día del estreno sabía muy bien lo que tenía que hacer.
Escapar en el doble salto mortal.



ASOMA LA EVIDENCIA


A Malena se le ha quedado la ropa pequeña como su capacidad de asimilar el miedo. 
Es tan solo una niña. 
Una niña que ahora tiene antojos.

Comentarios