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De Facebook a la nada Mi punto de vista Borrarte del medio El bloqueo en Facebook . Concurso Revista Zenda

De Facebook a la nada Mi punto de vista


Mientras estaba en activo en Facebook, cada vez que publicaba una nueva entrada en este blog y quedaba reflejada allí, tenía respuesta casi inmediata de los llamados amigos, que amablemente comentabais en mi muro o con un montón de "me gusta", recurso del que va deprisa y quiere dejar constancia de su paso.
Un día observé la cantidad de tiempo que me sustraía estar pendiente de todo este trasiego en la red, de todo este ir y venir. Que si ahora fulanito publica libro, que si zutanita ha ganado aquel concurso, que si esta escuela necesita alumnos y te inundan de propaganda y de publicidad; que si buenos días, que si buenas noches, que esta frase por aquí, que un memoriam por allá, votos, intereses, reclamos, egocentrismos en estado puro... y todo multiplicado por tantas entradas como amigos de fulanito o zutanita, con comentarios enjabonados siempre en exceso.

Nunca he sabido hasta que punto ha interesado lo que aquí se ha escrito. Si he captado que lo que mueve de verdad, como buen corral de la Pacheca que es Facebook, son las fotos personales, los cotilleos, las risas, y los temas banales.


Y un día, hace ya dos meses, deshice la cuenta dejando a cada uno el enlace a este blog, como había hecho con anterioridad, porque necesitaba trabajar en solitario y puertas adentro, y atraer a esta casa, que siempre ha estado activa, a aquellos seguidores de Facebook.
Después de la experiencia de allí, me parece el blog un medio más cálido, menos atemporal, más intimo, y en el que se camina más lento.

Pero tengo que reconocer que esto tampoco interesa, porque si das pan, te dan pan, y si no, a morirse todos de hambre”, es decir que ”mucho te quiero osito, pero pan poquito...” .
Al desaparecer de Facebook he desaparecido literalmente. Y desaparecisteis vosotros también.
Salir de Facebook es esfumarse. Caer en un agujero negro de silencios y mutismo.
Así es y así me lo parece.

Este mundo de la amistad virtual, es frágil y etéreo y algo no debe de ir bien cuando se mueve de la abundancia a la escasez, de un extremo a otro, o te sientes rodeada de seguidores o dejas de existir.
A la evidencia de los hecho me remito: de centenares de amigos en Facebook, en el blog han dado señales de vida, en estos dos meses, tantos, que no llegan al numero de dedos de una mano.

A estos pocos les doy las gracias.

Solamente quería deciros que os hecho de menos.

Vamos a seguir cada uno con lo suyo y sin comentarios.

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BORRARTE DEL MEDIO


Al cabo de los días observando Facebook, del que muchos despotricamos, pero seguimos utilizando para dar difusión a nuestros intereses, digo que observando elaboro una teoría que me ha llevado a una verdad. Cada vez que se te enlaza en algún tema y se te cita o se te etiqueta (que poco gusta esta palabra) sale automáticamente en tu muro, y tú que no quieres que nadie se interponga entre los pensamientos, elucubraciones, reflexiones o fotos que publicas, lo retiras sin piedad. 
La primera vez me pasó a mi en otro muro.
Me di cuenta enseguida. 
Nunca más caí en ese error. 
Confieso que me dolió en su momento, tanto, que retiré toda presencia mía en tu terreno. Borré mis comentarios y aquel dialogo que intercambiamos. Con el tiempo comprendí que no tenía más importancia y lo relativicé. 
Ahora cada vez que veo al de turno hacer lo mismo, espero el momento en el que de un plumazo, mejor dicho de un clicazo, lo retire. 
Rara vez me equivoco. Pero ya no me importa.


EL BLOQUEO EN FACEBOOK

En la cotidianidad de este Facebook, se crean lazos. Vemos a diario comentarios que se publican desde los buenos días hasta las buenas noches. Entran los pensamientos, las emociones, las opiniones, las quejas de quienes tenemos enlazados y de quien nos enlaza. 
A veces se responde por cortesía: “me gusta”. No compromete, no hace perder tiempo (que en la relación es ganarlo), es un saber que estás ahí. 
Cuando ni siquiera hay esa pizca, lo mejor es dejar esa relación por estéril e infructuosa. 

No me ves. No te veo. Me he aliado al bloqueo.




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Presentado a Concurso de Zenda

"Nada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento". (Oscar Wilde)

FACEBOOK 

Para llegar a ti, vencí vergüenza y miedos, 
sonrojo y desasosiego.
Atravesé puertas. Rompí silencios. 
Necesitaron sonrisas y miradas
las palabras de mis adentros.
En mi muro sembré certezas desnudadas. 
Oídos sordos y tibiezas agrietadas 
salieron a mi encuentro, 
algún pellizco, diana en mi epicentro,
de ligera brisa que, si resopla, escapa.
Quise entrar en tu nube de intereses,
delicada espera colmada de reveses, 
donde no coexiste el tiempo que precede, 
si no hay nada que dar al ofrecerse.
Del fútil rincón donde arraigarse, huyo,
cuando vislumbro un ápice murmullo 
de marañas, líos o intereses, 
que no apoyo, ni tan siquiera arrullo.
El eco de mi voz reverbera 
en una estancia oscura y negra, 
como sala de cine sin sesión, 
para una titiritera errante. Trena.
Cautiva de una red de insustancial respuesta, 
tantas veces vana, 
donde un “me gusta” está a merced, 
en compasión insana,
de creerse que lo es todo, 
cuando casi siempre es nada.





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