El pasado que regresa
EL PASADO REGRESA
Que un perro faldero, uno de tantos de la manada que lidera una zorra, sea capaz de insultar a los débiles, es ser canalla.
¿Acaso ignora lo que tiene en tu propia casa o en su misma cama?
Habrá que darle una pequeña lección para que aprenda a callar o a hablar con propiedad.
Las cuatro letras que su boca ha vomitado, encajan más en ella, en su mujer, (de la otra ya hablaré otro día). Su mujer, la mater amantísima, la esposa ejemplar, la de rectos principios, la señora perfecta.
Es usted un ignorante.
Se le pondrían los pelos de punta, si supiera, que al cabo de los años, el pasado regresa y se destapa y temas que parecían olvidados, quedan al descubierto, y que las sospechas de antaño, se hacen hechos consumados y reales. Mire, el padre de aquella criatura nonata, no era usted.
Hubiera sido fruto de amoríos clandestinos y fugaces, que hubieran hecho aumentar los vástagos de su ya dilatada familia. ¿Qué hubiera pasado si el bebé hubiera nacido moreno de pelo rizado en vez de rubio o castaño y con idénticos rasgos que su padre verdadero? Por suerte, el aborto “espontáneo” fue una liberación.
Al lado de su dominante lideresa es usted un perro pachón. Y ahora, siga, siga siga insultando sin razón, DES-CA-BRI-TE-SE que de cabrón tiene más de lo que cree.