EL IMPARABLE PASO DEL TIEMPO
- Microrrelato presentado en 2013 en el Concurso de Wonderland de RNE
AÑORANZA DE UN TIC TAC
Él te llevaba en su bolsillo. En cálidos instantes te acercaba mi oído y escuchaba tu sonido acompasado. El cortejo lánguido de tus agujas silentes al girar. Cómo me gustaba tu tic tac, tic tac, tic tac. Mides el tiempo en igual cadencia, pero se hace largo cuando se espera un mañana que no llega a despuntar y corto en la caricia de un hado luminoso que alegra el día. Hoy estáis enmudecidos los dos, sentenciados al silencio. Y yo, sumida en estas brumas caprichosas, tengo la certeza de saber que todo es fugaz. Ese transcurrir de lo que tú mides. No tengo más que verme.
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TESTIGO DEL TIEMPO
Escolta de mis brumas caprichosas cortejo silente de languidas horas
centro de mis miradas
Vigía de mis días
testigo de mi tiempo
Ese tiempo largo cuando se espera un mañana que no llega a despuntar el sol.
Ese tiempo corto de un hado que colma de alegría plena.
Ahí estás en mis manos inmóvil, exánime y yo deseosa de oír tu voz susurrando a mi oído.
Tu en silencio...
será que tengo que llevarte a que te cambien las pilas
LA VIDA SIGUE
Al margen de lo que pienso,
al margen de lo que siento
se me desvanece el tiempo con las mismas esperas,
con los mismos vacíos,
con los mismos silencios.
EL TIEMPOPara los Viernes creativos. Escribe una historia.
Yo no temo al tiempo.
Me produce vértigo su pasar deprisa, si, pero dejo que me llene. Juego con él.
Cualquier dia caeré en su trampa. Dejaré de existir
NUEVO OTOÑO
Pasa el tiempo. Hoy se asomará de nuevo el otoño en mi ventana.
CADUCIDAD
Hacia donde te diriges
con niebla en la mirada,
y en tu mente un puzzle.
Flujo de pensamientos.
No soportarías un nuevo fracaso.
Una vida sentimental intensa
no asegura su permanencia
y se puede caer de nuevo
en llamas
que conviertan
en cenizas todo.
Cuídala,
que el tiempo caduca
y hay idilios que terminan
nada más empezar.
Recuerdo que en cálidos instantes te acercaba a mi oído y escuchaba tu sonido acompasado. Ese cortejo lánguido de tus agujas silentes al girar. Cómo me gustaba oir tu tic tac, tic tac, tic tac. Mides el tiempo en igual cadencia, pero se me hace largo cuando espero un mañana que no llega a despuntar y corto en la caricia de un hado luminoso de una nueva madrugada que quiere alegrarme el dia. Él te llevaba en su bolsillo, pero hoy habeis enmudecido los dos, sentenciados al silencio. Y en estos dias dificiles, sumida en brumas caprichosas, tengo la certeza de saber que todo es fugaz y pasará. Tú seguirás al ritmo del tiempo que transcurre y mientras yo, en esa evidencia, no tengo más que verme. Envejeciendo…
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