FINALISTA en el concurso de microrrelatos de Wonderland conducido por Rosa Gil y Jordi Muñoz, director de la escuela de escritores del Ateneu de Barcelona.
Decidí que uno moriría aquel día.
Al azar.
No importaba la edad que tuviera.
Lo escogí.
Cuando le separé el alma de su cuerpo, caí en la cuenta que al purgatorio no podría llevarlo porque estaba clausurado. Años atrás negaron su existencia. Pensé que intentar meterlo en el cielo era una condena demasiado severa. No se merecía aquel eterno paraíso de letargo. Así que pensándolo bien, lo devolví congelado a su madre.
La inseminaron.
Ella encantada lo presentía en su entraña.
El cariño de madre no tiene medida.
Lo volvió a procrear y ...renació en el infierno de la vida.
Al azar.
No importaba la edad que tuviera.
Lo escogí.
Cuando le separé el alma de su cuerpo, caí en la cuenta que al purgatorio no podría llevarlo porque estaba clausurado. Años atrás negaron su existencia. Pensé que intentar meterlo en el cielo era una condena demasiado severa. No se merecía aquel eterno paraíso de letargo. Así que pensándolo bien, lo devolví congelado a su madre.
La inseminaron.
Ella encantada lo presentía en su entraña.
El cariño de madre no tiene medida.
Lo volvió a procrear y ...renació en el infierno de la vida.
Los relatos deben de tener 100 palabras justas.