INCERTIDUMBRE
Como cada día, cuando su hijo acababa de pisar la cubierta para ir a faenar, le deseaba la bondad de un mar sereno y calmo. No fue así. Sobrevino un repentino vendaval que descargó con furia sobre la costa. Ella contenía la respiración. Observaba tras los cristales con impotencia, aquel mar embravecido que había engullido, años atrás, la vida de su padre y ahora amenazaba la de su hijo. Las mañanas de angustia eran un estribillo cotidiano, encadenado al temor constante de que un día no regresara. Pero el cielo se abrió y un rayo de luz iluminó su cara.
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Texto para el I Concurso de Microrrelatos para el Museo Marítimo de Barcelona
Palabras obligadas: acababa de pisar la cubierta...
Con pseudónimo AZABACHE . Puedes leer EN ESTE ENLACE AL LIBRO VIRTUAL