VERSIONES DE ESTE TEMA
Te vi detrás del aparador. Mis ojos se clavaron en tus delicias tentadoras con irresistible atracción.
No quería seguir mirando, sin embargo no me pude resistir y entré.
Me adueñé de tu cuerpo azabache. Te ofrecí mi boca como quien ofrece un lecho de placer para que pudieras desplegar tu donaire. Te prometí un vaivén acompasado para entremezclar tu textura. Me fundí en tu dulce sabor.
Te deslizaste suave hacia el abismo.
Te perdí.
BOMBÓN

Pasábamos por delante del local en el preciso instante en que colocaban la bandeja en el aparador. Nuestros ojos se clavaron en aquellas delicias tentadoras de irresistible atracción. Empezamos a ensalivar. Tú no quisiste seguir mirando, sin embargo yo no me pude resistir y entré a comprar.
Me adueñé de su cuerpo azabache y le ofrecí mi boca, como quien ofrece un lecho de placer para que pudiera desplegar su donaire. Le prometí un vaivén acompasado para entremezclar su dulce textura. Fundí su sabor, pero al tragar, se deslizó suave hacia el abismo y lo perdí.