
Es una casamentera nata, pero su método incluye someter a mis novias a una rigurosa prueba de modales en la mesa. Ayer, el ambiente era aún más tenso porque Sonia me acompañaba. Ella es "la rebelde", la que jamás tolera que le dicten cómo debe comportarse.
El menú que mi madre había elegido para la ocasión parecía cargado de una intención maliciosa. En el aperitivo, Sonia se "retrató" con el tiro al plato, disparando a las aceitunas negras, las de Aragón, con una puntería que presagiaba lo que vendría. Pero el verdadero espectáculo de sus manos llegó con el segundo plato: una mariscada.
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