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La herida y la esperanza. Recitado

LA HERIDA Y LA ESPERANZA

Un alma herida se hundió alguna vez en la sombra, atrapada en un eco de palabras huecas que no lograban cubrir la grieta profunda de su interior. Luchó contra su propio vacío, enredada en pensamientos que no alcanzaban a rescatarla. Pero el dolor, paciente escultor, fue cincelando su esencia, y de aquella herida brotó la fuerza. Hoy, erguida y serena, es una mujer que sonríe con la plenitud de quien se sabe capaz de transformar la nostalgia en ternura. Celebra lo sencillo, acaricia lo frágil, y entiende que cada cicatriz guarda en silencio una lección. La esperanza, semilla viva en su pecho, la sostiene, recordándole que el dolor es tránsito, no destino: lo que hoy duele, mañana será apenas un recuerdo.

Último relato presentado en el Concurso de Paradela de Coles 



Sus niveles de autoestima habían descendido estrepitosamente. Suspendida en el vacío intenso que sentía su corazón, repetía en vano huecas palabras, hilvanando pensamientos positivos, incapaces de destejer el entramado vacío de su interior. Estériles esfuerzos intentando escapar de un triste y espinoso estado emocional. Hoy, por fin es una mujer madura, de sonrisa generosa. Capaz de ser feliz y de hacer feliz a los que la rodean. Ilusionada con las pequeñas cosas que la vida le ofrece. No queriendo olvidar la lección que el pasado cinceló su alma y persiste tapizando los sucesos de su vida. La esperanza que le hace superar los miedos. Hoy dueles, pero mañana serás solo un recuerdo.

 



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