"Las fotografías engañan al tiempo, suspendiéndolo en un trozo de cartón donde el alma queda bocabajo. (De amor y de sombra de Isabel Allende)
La foto que querías tener en tu habitación.
Tus recuerdos.
Una vez yo también quise pintar para ver qué tal se me daba. Aproveché mi inmovilidad, tras mis fracturas de espalda, y en la convalecencia lo intenté. Y hete aquí uno de mis cuadros, miniatura, de ese mundo inmenso y profundo que hoy me inspira, mientras pienso en ti mamá, que no te olvido.
EL MAR, TU MAR
Busco en la brisa del mar tu caricia para que entone mi alma. Mis lágrimas de sal se alborotan descontroladas y se funden en sus aguas. Ante esa inmensidad, con el vértigo de mirar atrás, detengo el tiempo en los sueños de infancia ¡qué lontananza!
Me sentía arropada por tu ternura de madre que siempre desplegaste sobre mi. Yo fui una niña dócil y con ello me gané el cariño. Sí, sí, las predilecciones nadie te las regala, también se ganan. Son como el amor que con amor se pagan. Es hoy que me rebelo. Tengo como este mar un profundo abismo de silencio zozobrando en mis adentros, y un horizonte, y un cielo, y un astro, y a tí... pero tan inalcanzables.
Me venció la severa ausencia cuando te sentí inerte y supe que mis ojos nunca más volverían a verte.
Vuelves a estar con tus padres haya donde estéis.
Mientras yo sigo rodeada de artisteo familiar: traslado cuadros, dibujos, grabados, papeles antiguos. Un anticuario por aquí, un Museo por allá y en fin, entretenida con cosas del inventario.