LAS CINCO GUERRERAS

 

En la sala del Reina Sofía de Córdoba, cinco mujeres, Rosario, Alfonsi, Rocio, Carmen Rosa (mi compañera de habitación),  y yo, nos encontramos entre suspiros y miradas llenas de coraje. 

Cada prueba radiológica, cada quimio, cada miedo compartido, se convirtió en un hilo invisible que nos unió, como si nuestras historias se entrelazaran en un mismo tejido de esperanza. 

Entre risas temblorosas y silencios comprensivos, descubrimos que no estabamos solas. 

Cada lágrima era también un abrazo silencioso, cada palabra un refugio donde podíamos apoyarnos sin temor. 

Hemos aprendido a celebrar los pequeños logros, a compartir la incertidumbre y a sostenernos mutuamente en los días más difíciles. La fuerza no siempre ruge; a veces solo se manifiesta en una sonrisa, en un gesto tierno o en una mano que se entrelaza con otra, en una llamada o en un mensaje de Whatsapp, susurrando: “Vamos a hacerlo juntas”. 

Y así, en medio de los tratamientos y las pruebas, este lazo de unión  ha de iluminar incluso, los momentos más oscuros. 

Cuando finalmente terminen todos los tratamientos, nos reuniremos en una comida para celebrarlo. Entre risas, abrazos y miradas cómplices, sentiremos que todo el miedo, la incertidumbre y el dolor se ha transformado en alegría compartida, en fuerza y en recuerdos que siempre nos acompañarán.

2025 Andalucia. 

Hospital Universitario Reina Sofia de Córdoba

Cirugía de mama