"Nunca sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción" Bob Marley
LA CALMA DESPUES DEL TEMBLOR
Paqui, madre cuidadora, velaba el sueño de Raúl, temiendo el temblor invisible que llegaba sin aviso. El crujir de la cama o el leve gemido, y su mundo se detenía. Corría, lo sostenía, lo nombraba con voz trémula y pedía al silencio que se llevara la tormenta. Raúl, tras cada crisis, aturdido y con ojos perdidos, la sonreía como si nada hubiera pasado. Ella fingía calma, pero en su pecho ardía la impotencia. Cada día era un regalo incierto. Y, aun así, lo amaba más allá del espanto, más allá del temblor. Un día llegó la esperanza. El nuevo tratamiento funcionaba. Tal vez el camino aún fuera largo, pero por primera vez en años, Paqui no temió al mañana.
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