Poemas que quedaron en el vacío
Diversas versiones de un mismo tema presentadas en diferentes convocatorias:
Versión presentada a RELEE
Version presentada a Microbiblioteca Esteve Paluzziel 3 de octubre de 2017
Version presentada aConcurso de microrrelatos para Bodegas Solar de Samaniego 7 cepas. Mes de abril 2020.
Version presentada a II Certamen Internacional de Microrrelatos "Cardenal Mendoza"
POEMAS NO ESCRITOS
Te esperaba lánguida en la cafetería. Sentada en el butacón junto a la ventana, en nuestra mesa de siempre, la que en primera fila había sido testigo de nuestras veladas de pasión y guardaba nuestros secretos de calenturas. Dejé a un lado la pijada de pedir los cocteles acaramelados y bebidas de diseño que a ti te gustaban, ese “Oh la lá” con cereza, fresa y mora, que no soportaba, o el “Chispas de amor”, que su sabor de angostura me ponía frenética, o el desesperante “Primavera sensual” de sabor a granadina, tan cursi como su color rosa y que a ti te parecía creativo y chic. Esa tarde me pedí una botella fría de vino blanco. No un vino cualquiera, sino un “Sauvignon”. Y, como para darme valor, me la bebí de golpe. Ese era el sabor que me deleitaba. Lo recordaba desde pequeña, porque mi madre me daba lingotazos con una cucharilla, con una yema de huevo para alimentarme. Eso sí que me entonó, atraída por su dorado color de uvas salvajes. Recogí la estilográfica en el plumier, junto a mis ganas de seguir escribiéndote versos cálidos de mujer enamorada. Los rompí a pedazos que quedaron esparcidos sobre la mesa. Qué tontería sufrir por ti, que eras mi primer amor, cuando yo fui para ti una de tantas.
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POEMA INACABADO
La estilográfica reposa sobre mi bloc. No escribo más. Te estoy esperando en la cafetería del hotel sentada en la butaca de la mesa junto a la ventana. Nuestro rincón de quimeras. Te retrasas como de costumbre.No he pedido ningún cóctel de diseño de esos que a ti te ponen. Ni el Bloody Mary con tomate, que me importuna, ni el lechoso piña colada o el mai tai que te parece creativo y chic. Me he pedido una botella de vino. Vino de uvas selectas, racimos de su entraña que al nombrarlos cautivan mi paladar. Lo bebo y en cada trago hago frente a un sinsentido. Viajo a la infancia, origen de mis tiernos recuerdos, y aparece mi madre dándome lingotazos medicinales con quina en una cucharilla mezclada con yema de huevo, para alimentarme mejor. Y a mí me gustaba. Hoy, este color rojo picota con festón cardenalicio, dormido en cuna de roble en su crianza, me va a dar el valor que preciso para dejar de ser, como de costumbre, la otra.Un último trago. Un suspiro. Y mi bloc saturado de versos, añicos, esparcidos sobre la mesa y el suelo.
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CON UNA COPA DE VINO
Y todo comenzó con una copa de vino mientras te esperaba en nuestro asiduo bar. Dejé a un lado la pijada de los cócteles de diseño que a ti te gustaban y me pedí una botella de tinto que fui saboreando lentamente. Me recordaba a mi madre que para alimentarme me daba pequeños sorbos mezclados con yema de huevo.Recogí la estilográfica en el plumier. Rompí en pedazos los versos que acababa de escribirte y los esparcí como migajas sobre la mesa. Qué tontería sufrir por ti, que fuiste mi primer amor, cuando yo solo era una de tantas. Aquella tarde no te esperé.
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LA ESPERA
Pidió una copa de brandy.Estaba acostumbrada a tomarlo desde que su madre le mezclaba una cucharadita en un vaso con una yema de huevo para alimentarla.Se sentó al lado de la ventana y en la mesa aliada y testigo de sus conversaciones. Sobre ella dejó la estilográfica que le había comprado de regalo en su viaje de fin de curso a Estambul.Y esperó, esperó, esperó...Ya no recibiría los cálidos versos que le dedicaba en cada cita. Si él fue para ella su primer amor, ella para él una de tantas.
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