Helena es una gran amiga mía que quiere abrir un blog para desarrollar su afición a escribir.
Como yo, tiene mucho que decir.
La temen en el mundillo de los políticos por su habilidad en detectar el fraude.
Trabajé con ella en la década de más éxito, cuando destapó múltiples casos de corrupción que azotaron al país, consiguiendo lo que antes nadie había conseguido: que devolvieran lo robado a las arcas públicas.
Se jubila y me honra asesorarle en cuestiones cibernéticas.
Es precavida, cautelosa y desconfiada, por tanto la primera lección la tiene aprendida: nunca te fíes de quién puede haber detrás de la pantalla.
Es sabido que un hombre puede fingir ser mujer, una mujer ser un troll buscapleitos o un moroso estafador decir que es químico.
Seguiremos con las siguientes lecciones...