No pienso entretenerme más en solucionar nuestro conflicto.
No vale la pena. Viene de la infancia y es crónico.
Mastico y, más allá de triturarlo, me preparo para tragármelo de golpe.
Y digerirlo.
A esto le llaman aceptar y resolver.
Tu indiferencia hiere tanto como los insultos que cada vez que nos vemos (por fiestas de Navidad) y cargado de whisky, infieres sin respeto.
Indiferencia e insultos. Tu táctica de siempre.
En toda digestión, el proceso saludable es: masticar, tragar, digerir y cagar.
Sí, a la puta mierda te vas porque eres tóxico y maligno.
¡Qué alivio!
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