Cuando se van a cumplir dos años de su adiós.
Recordaba en una publicación en este blog,
nuestras vivencias en el Colegio Cardenal Spínola de Avenida Mare de Deu de Montaserrat
y hoy, después de más de cincuenta años,
culmina una etapa, con la despedida de mi querida Carmela Darnaude Campos,
que nos dejó el pasado 24 de junio de 2019.
Desde la cuna, en el regazo de una madre amada y de un padre protector, creció la niña que nunca dejaste de ser.
La que soñaba caricias y miradas, mijitas de sonrisas en mimos velados de futuras esperanzas; la que buscaba quereres para sus mañanas y el destino, la engañó con ausencias vanas, muy tempranas, sobre todo el dia que un ser querido avanzó su ocaso, apagando su candil, tal vez por no poder soportar dentro del alma un fracaso o un sufrir.
Y la niña quedó huérfana mezclando fantasías.
Entre luces y sombras, sombras y luces. Abrigos y desabrigos, nostalgias, mudanzas, bulla, distancias, vacíos, soledades, cariños, amistades, vértigo, duda, miedos, indefensión.
Rescoldos escondidos que la niña siempre llevó en su corazón.
La que un día, como en su tierra del sur, con la fuerza del arroyo que fluye el agua hasta girar el molino, con votos de juventud dio la vuelta a su destino, no se si por convicción o forzosa vocación.
La que ya mujer madura al sentir la oscuridad en paredes de prisión, en aras de otra aventura, desató las ataduras y valiente, escapó a la libertad.
Y la Niña Carmela, despacio, seguía el camino intentando avanzar,
y en los últimos años, incluso ahogada en llantos silenciosos de forzada soledad.
Vivió, sintió, vibró, soñó,
Despacito, despacito....
Trataste de conquistar dia a día tu identidad, hasta hoy Niña Carmela, que has conquistado la eternidad.
Me decías: “ Anna, el dolor no es redentor”
¡¡pssst ¡¡psssst!!
Carmela, dichosa tú que ya no lo sientes.
Niña Carmela ¡ea ¡ ¡Vaya usted con Dios!
Anna Jorba Ricart
a Carmela Darnaude Campos (3 de julio de 1930-24 junio 2019)
LUNITA PLATEADA
Lunita plateada que iluminas el cielo
de esta tierra andaluza y con solera,
tierra rondando la Sierra,
con gentes sencillas y abiertas.
Campo de Andalucía
tierra natal de Carmela.
Esa niña hecha mujer
que de su casa abre puertas,
amiga de sus amigos,
sangre del sur en sus venas.
Rosa bella de un jardín
de besos perfume y color,
en ese pueblo chiquito
y grande de corazón.
Pueblo lleno de luz:
Arroyomolinos de León.
(de Anna Jorba Ricart)
VIAJE A LANZAROTE CON CARMELA DARNAUDE
Dedicado a ti Carmela Darnaude. Siempre vivirás en mi recuerdo.
Hoy hace dos meses que te fuiste. Tu casa, tu finca La Zahurda, tu pueblo y los lugares por donde hemos estado, no te olvidaremos.
La isla de la graciosa, el paseo con camello, Las cuevas de James, ...
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Plato roto |
Hace muchos años en un viaje a casa de Carmela, en Arroyomolinos de León, se rompió un plato de postre de una vajilla que ella estimaba.
Recogí de la basura los pedazos y me los traje a Barcelona.
Tardé tiempo, pero un dia reconstruí aquellos pedazos de su plato. Lo enmarqué y se lo di a Carmela de recuerdo. Desde entonces ha permanecido en la cabecera de su cama acompañado de este texto:
TODO ES TAN FRÁGIL
La vida, el hombre,
el sentimiento, el amor,
la paz, el deseo,
la fe, el honor,
la amistad, el cariño,
la bondad, la pasión,
la inocencia, el miedo,
el interés, la ilusión.
Un día recogí restos
de unos recuerdos
que tenían valor
y les di nueva vida,
nueva intención.
Recuperé el gesto
de un pasado
que tal vez fue mejor.
Por fin este plato
de un tiempo remoto
lo vas a tener,
a pedazos, medio roto,
para permanecer.
Es como tú, Carmela,
nacisteis para vencer.
(De Anna Jorba Ricart)
Recogí de la basura los pedazos y me los traje a Barcelona.
Tardé tiempo, pero un dia reconstruí aquellos pedazos de su plato. Lo enmarqué y se lo di a Carmela de recuerdo. Desde entonces ha permanecido en la cabecera de su cama acompañado de este texto:
TODO ES TAN FRÁGIL
La vida, el hombre,
el sentimiento, el amor,
la paz, el deseo,
la fe, el honor,
la amistad, el cariño,
la bondad, la pasión,
la inocencia, el miedo,
el interés, la ilusión.
Un día recogí restos
de unos recuerdos
que tenían valor
y les di nueva vida,
nueva intención.
Recuperé el gesto
de un pasado
que tal vez fue mejor.
Por fin este plato
de un tiempo remoto
lo vas a tener,
a pedazos, medio roto,
para permanecer.
Es como tú, Carmela,
nacisteis para vencer.
(De Anna Jorba Ricart)
***Ahora que Carmela ha fallecido (24 junio 2019), el plato lo vuelvo a tener yo.
Su casa en Arroyomolinos de León
En Riotinto
Frente a su casa en Arroyomolinos de Leon
En el Hotel Alfonso XII
La Zahurda tu finca de alcornoques en Arroyomolinos de León (Huelva)
Tu casa en el pueblo...
Su pueblo, Arroyomolinos de León , en Huelva
Y un video mio con Carmela
Recuerdo del CASTILLO DE NIEBLA
TUS ESCRITOS DESDE LA RESIDENCIA
REMINISCENCIAS
Radio Nacional… Radio Andorra… Radio Pirenaica… y seguían las noticias en aquel aparato misterioso como todos los días.
Mientras en la casa, también como todos los días, se oían otros ruidos más monótonos aún, el de las faenas del hogar con el agua al fregar, el repiqueteo al lavar los platos o el de la escoba al barrer los patios…etc.
Una niña de unos cinco años, corretea por el pasillo de la casa. Al frente, en la entrada, preside una gran cancela de cristales de colores enmarcada por un bello herraje, que da a la casa un ambiente señorial.
Suena el timbre. La niña corre a abrir la cancela para saludar a la persona que espera. Le salta al cuello y a parte del beso de rigor, le recoge el bastón y el sombrero que coloca cuidadosamente en el bastonero del pasillo. Siguen hasta el salón comedor donde chisporrotea una tranquila chimenea que da al ambiente calor de hogar. En un rincón caliente y cómodo del comedor, un sillón de mimbre y una silla pequeña, dan acogida al momento importante del día: escuchar las noticias.
La nieta, una niña con pelo extremadamente lacio, delgada y paliducha, pero con aire inteligente, se prepara para acompañar al abuelo, diputado republicano por la ciudad de Huelva, en la oída de noticias. Guardan un silencio ritual. El abuelo le coge a veces la manita y se la lleva a uno de los botones del aparato y le dice: ”izquierda”, le ayuda a moverlo para subir el volumen del altavoz. La niña, de esta manera, aprende para siempre el significado de las palabras: programa, volumen, altavoz, emisora… y hace fijo un pensamiento: Sé más que mis amigas, casi soy Marconi.
Cuando acaba el tiempo misterioso de las noticias, el abuelo remueve las brasas para avivar el fuego y aumentar el calorcillo de la estancia y con un abrazo mudo y profundo a la nieta, se marcha a su despacho donde le espera trabajo de su oficio. Posiblemente tenga que ir mañana a Huelva.
La niña se retira a su cuarto de jugar y trata de olvidar las penas que a su temprana edad le va dejando la vida.
Pasa la mañana.
La tarde tiene otro ambiente.
Alrededor de la mesa camilla unas cuantas señoras mayores toman café. Es una costumbre. Hablan de sus cosas. La niña oye a veces las conversaciones con curiosidad infantil y perspicacia adulta. La abuela la llama y le da todas las tardes una cucharadita de café. Lo demás le haría daño. Las señoras siguen hablando de lo que han oído en la radio: de los problemas sentimentales, de los consejos de salud y belleza, de los productos que han de utilizar para aumentarla. Es el consultorio radiofónico de Elena Francis.
De esta manera, entre felicidad y tristeza, pasó su infancia una niña que tuvo ratos infantiles para oír Radio Pirenaica, una emisora prohibida en la época franquista.
Carmen Darnaude
Residencial Lepanto
Diciembre 2015
Yo tenia una burrita que se llamaba "Tránsfuga".
Hizo conmigo una gran amistad y durante tiempo pasábamos muchos atardeceres en conversaciones profundas, hablando de las relaciones humanas, el amor y la posibilidad de un mundo mejor.
A través de nuestras palabras pasábamos a un universo de ensoñaciones que hacia esos sueños realidad.
Mi burrita cada vez era más preciosa y yo le puse entre las orejas un lacito rojo, que le daba un aire infantil.
Un día me dijo que tenia que confiarme un secreto: quería irse de trotamundos a buscar las ensoñaciones que había visto de lejos conmigo.
Esa tarde me confesó su secreto.
Cuando se arreglo le puse el lacito rosa, buscamos las dos un paisaje de inmensos horizontes nuevos, un cruce de caminos y con muestras de afectos nos despedimos para siempre.
Yo iba cada tarde a esperar a "Tránsfuga" en el mismo lugar, convencida de que no vendría nunca. Pero allá en los confines del mundo las conversaciones y los pensamientos y los afectos - un mundo de afectos -renacían cada vez más vivos y fuertes para hacerme ver que
- la burrita
- el lacito rojo
- los largos caminos…
son conceptos reales que hacen de esta vida monótona y simple un mundo de sueños y amor, son realidades cargadas de afectos y fuertes vivencias.
Carmen Darnaude Campos
Barcelona, abril 2015
Mientras en la casa, también como todos los días, se oían otros ruidos más monótonos aún, el de las faenas del hogar con el agua al fregar, el repiqueteo al lavar los platos o el de la escoba al barrer los patios…etc.
Una niña de unos cinco años, corretea por el pasillo de la casa. Al frente, en la entrada, preside una gran cancela de cristales de colores enmarcada por un bello herraje, que da a la casa un ambiente señorial.
Suena el timbre. La niña corre a abrir la cancela para saludar a la persona que espera. Le salta al cuello y a parte del beso de rigor, le recoge el bastón y el sombrero que coloca cuidadosamente en el bastonero del pasillo. Siguen hasta el salón comedor donde chisporrotea una tranquila chimenea que da al ambiente calor de hogar. En un rincón caliente y cómodo del comedor, un sillón de mimbre y una silla pequeña, dan acogida al momento importante del día: escuchar las noticias.
La nieta, una niña con pelo extremadamente lacio, delgada y paliducha, pero con aire inteligente, se prepara para acompañar al abuelo, diputado republicano por la ciudad de Huelva, en la oída de noticias. Guardan un silencio ritual. El abuelo le coge a veces la manita y se la lleva a uno de los botones del aparato y le dice: ”izquierda”, le ayuda a moverlo para subir el volumen del altavoz. La niña, de esta manera, aprende para siempre el significado de las palabras: programa, volumen, altavoz, emisora… y hace fijo un pensamiento: Sé más que mis amigas, casi soy Marconi.
Cuando acaba el tiempo misterioso de las noticias, el abuelo remueve las brasas para avivar el fuego y aumentar el calorcillo de la estancia y con un abrazo mudo y profundo a la nieta, se marcha a su despacho donde le espera trabajo de su oficio. Posiblemente tenga que ir mañana a Huelva.
La niña se retira a su cuarto de jugar y trata de olvidar las penas que a su temprana edad le va dejando la vida.
Pasa la mañana.
La tarde tiene otro ambiente.
Alrededor de la mesa camilla unas cuantas señoras mayores toman café. Es una costumbre. Hablan de sus cosas. La niña oye a veces las conversaciones con curiosidad infantil y perspicacia adulta. La abuela la llama y le da todas las tardes una cucharadita de café. Lo demás le haría daño. Las señoras siguen hablando de lo que han oído en la radio: de los problemas sentimentales, de los consejos de salud y belleza, de los productos que han de utilizar para aumentarla. Es el consultorio radiofónico de Elena Francis.
De esta manera, entre felicidad y tristeza, pasó su infancia una niña que tuvo ratos infantiles para oír Radio Pirenaica, una emisora prohibida en la época franquista.
Carmen Darnaude
Residencial Lepanto
Diciembre 2015
Con ocasión de la festividad de Sant Jordi.
LA BURRITA
Yo tenia una burrita que se llamaba "Tránsfuga".
Hizo conmigo una gran amistad y durante tiempo pasábamos muchos atardeceres en conversaciones profundas, hablando de las relaciones humanas, el amor y la posibilidad de un mundo mejor.
A través de nuestras palabras pasábamos a un universo de ensoñaciones que hacia esos sueños realidad.
Mi burrita cada vez era más preciosa y yo le puse entre las orejas un lacito rojo, que le daba un aire infantil.
Un día me dijo que tenia que confiarme un secreto: quería irse de trotamundos a buscar las ensoñaciones que había visto de lejos conmigo.
Esa tarde me confesó su secreto.
Cuando se arreglo le puse el lacito rosa, buscamos las dos un paisaje de inmensos horizontes nuevos, un cruce de caminos y con muestras de afectos nos despedimos para siempre.
Yo iba cada tarde a esperar a "Tránsfuga" en el mismo lugar, convencida de que no vendría nunca. Pero allá en los confines del mundo las conversaciones y los pensamientos y los afectos - un mundo de afectos -renacían cada vez más vivos y fuertes para hacerme ver que
- la burrita
- el lacito rojo
- los largos caminos…
son conceptos reales que hacen de esta vida monótona y simple un mundo de sueños y amor, son realidades cargadas de afectos y fuertes vivencias.
Dedicado todos los que son capaces de soñar
Carmen Darnaude Campos
Barcelona, abril 2015
Hay dias en que la sorpresa acude a tu vida para alegrarla. El pasado regresa en persona, con la visita de Don Luis. Profesor de matemáticas del Colegio Cardenal Spinola de Barcelona, allá por los años sesenta y...
A Carmela Darnaude le encantaba leer los poemas de Gioconda Belli.
Este lo grabé para ella:
Este lo grabé para ella:
Aquí estoy,
desnuda,
sobre las sábanas solitarias
de esta cama donde te deseo.
Veo mi cuerpo,
liso y rosado en el espejo,
mi cuerpo
que fue ávido territorio de tus besos;
este cuerpo lleno de recuerdos
de tu desbordada pasión
sobre el que peleaste sudorosas batallas
en largas noches de quejidos y risas
y ruidos de mis cuevas interiores.
Veo mis pechos
que acomodabas sonriendo
en la palma de tu mano,
que apretabas como pájaros pequeños
en tus jaulas de cinco barrotes,
mientras una flor se me encendía
y paraba su dura corola
contra tu carne dulce.
Veo mis piernas,
largas y lentas conocedoras de tus caricias,
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
para abrirte el sendero de la perdición
hacia mi mismo centro,
y la suave vegetación del monte
donde urdiste sordos combates
coronados de gozo,
anunciados por descargas de fusilerías
y truenos primitivos.
Me veo y no me estoy viendo,
es un espejo de vos el que se extiende doliente
sobre esta soledad de domingo,
un espejo rosado,
un molde hueco buscando su otro hemisferio.
Llueve copiosamente
sobre mi cara
y sólo pienso en tu lejano amor
mientras cobijo
con todas mis fuerzas,
Carmela es abierta, se le puede explicar y hablar de cualquier cosa. Incluso hacer un texto de broma con algo tan bello (para algunos), como es la Navidad.
Navidad es familia,
es cariño,
es el nacimiento
al parecer, de un niño
al que llamaron Jesús.
Engendrado por amor.
El amor de una pareja.
Ella, María, la virgen,
él, José, el carpintero,
trabajador de madera,
tranquilo y austero.
Lo que se dice madera,
el tal José si tenía,
madera de la buena,
de la que no se estila.
Madera bendita y paciente,
porque consentir que un ave
preñara a su mujer
sin dejar él la simiente
ni pasar por notaría,
se necesita ser buena gente
y querer mucho a María.
Claro, que un ave cualquiera, no,
un ave santa,
una paloma,
¡poca broma!
No me rio, no
con tal exquisito dogma
de un cristiano y de su fe,
tan solo hago ironía
de citar así a María
y a su astado San José.
¡Ay! ¡Ay!
Es que en el fondo
me resulta difícil
que se acerque Navidad.
Si, si, ya sé
que las familias se unen,
se quieren, se abrazan,
se besan...
Bueno, bueno, no todas,
porque más de la mitad
de las que estamos aquí,
(y no pongas esa cara),
oye lo que voy a decir:
al menos en la triada
de Juana, Carmela y Anna,
y de otras, un sin fin,
ni familia, ni nada,
ni de lejos, ni cercana.
No somos privilegiadas
como Montserrat o Rosa
o como en los cuentos de hadas
de tener familia hermosa.
Y seguirán siendo fiestas
de cariño,
de amor, y de amistad.
¡ahhhh! AMISTAD.
Esa es nuestra familia,
esa nuestra hermandad.
Ese nuestro sentido
para querer celebrar,
esa es la clave
que nos regala la paz.
Que por más años que pasen
nadie nos venga a quitar,
la amistad, nuestra familia,
en los días de Navidad.
(De Anna Jorba Ricart)
(De Anna Jorba Ricart)
EL CUCHARRO DE CARMELA
Un cucharro, es un recipiente en donde los jornaleros del campo comían y bebían. Hecho con corcho de los alcornoques aprovechando las protuberancias de su corteza.
La “saca del corcho” es la extracción de la corteza del alcornoque.
Se hace durante el principio del verano, que es el mes en el que el corcho puede ser separado del tronco del árbol, sin dañarlo, cuidando el ecosistema. Así la dehesa se mantiene siglo tras siglo y cada nueve años, aproximadamente, se hacen estos trabajos de manera artesanal.
En los escritos de unas memorias de Tentudia, una mujer se refería de esta forma a la utilización del cucharro:
"En la corcha no hace falta el plato, de las tetas de muchos árboles que le salen, se saca un cucharro, se arredonda ya y se pone la comía y está buenísimo. Pa el gazpacho... hacíamos el gazpacho en el cucharro y ahí nos comíamos lo que hubiera que comerse ..."
La “saca del corcho” es la extracción de la corteza del alcornoque.
Se hace durante el principio del verano, que es el mes en el que el corcho puede ser separado del tronco del árbol, sin dañarlo, cuidando el ecosistema. Así la dehesa se mantiene siglo tras siglo y cada nueve años, aproximadamente, se hacen estos trabajos de manera artesanal.
En los escritos de unas memorias de Tentudia, una mujer se refería de esta forma a la utilización del cucharro:
"En la corcha no hace falta el plato, de las tetas de muchos árboles que le salen, se saca un cucharro, se arredonda ya y se pone la comía y está buenísimo. Pa el gazpacho... hacíamos el gazpacho en el cucharro y ahí nos comíamos lo que hubiera que comerse ..."
Voz de Anna Jorba Ricart y fragmento de voz de Fernando Fernán Gómez de la película "En la ciudad sin límites"...que tanto le gustaba a Carmela.
AUDIO PARA ESCUCHAR : EMPEZAR DE NUEVO
EMPEZAR DE NUEVO
Antes de partir cerró puertas y ventanas.
Ni ella, ni el sol ávido de colarse entre rendijas, volverían a esa casa.
Entornó la mirada. Respiró hondo. Liberó la rémora que perturbaba su calma. Enterró recuerdos bajo guardapolvos de sábanas solitarias ausentes de caricias.
Tenía que seguir para que otro destino coloreara nuevos despertares.
De regreso, por la carretera que bordea la costa, un haz de luz penetró en su mirada en el instante que una lágrima caía por su mejilla hasta la comisura del labio, que la detuvo esbozando una sonrisa de esperanza.
Sabía que debía iniciar un nuevo camino.
Intentar, lo que se dice intentar, lo intentamos, pero... lo ciero es que Carmela no mostraba ningún interés por la informática.
Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.
INICIO BLOG DE CARMELA

SERPENTINAS
No recuerdo cuándo le conocí. Posiblemente en una clínica maternal, hecho un gusanillo viviente.
Más tarde, ya era un niño más en la casa de los abuelos y pronto aprendió a pronunciar mi nombre. Así creció. Yo casi no me di cuenta porque el día que lo ví con su figura pequeña pero correctísima, me dió el gran asombro : era un hombre, "hombrecito" que me invitaba a su fin de carrera.
Me pegué el gran susto: habían pasado los años, sobre todo para mí.
No lo podía creer, sus manos se movían artísticamente sobre el teclado y la música que sonaba te transportaba a otros mundos. La música y la figura eran y formaban el personaje que aquél día se presentaba a juicio de su fin de carrera.
Yo estaba sentada en un sitio clave. Veía transversalmente unos brazos, cuerpo y manos en una diagonal perfecta con la música de Bach. Los invitados al concierto, al menos yo que soy despistada (como siempre me han dicho) no sabíamos que sus profesores estaban presentes (detrás) para calificar la ejecución de su fin de carrera.
Admiré la sabia fusión que la música en su conservatorio hace de la enseñanza y la docencia. Magnífica relación para los que en nuestra experiencia de docentes no hemos sabido hacer unión tan interesante para nuestra vida un poco dura, en la que habríamos necesitado algo de esta fuente de riqueza humana.
Más humano y delicado en las expresiones de alegría, más cuidadoso en la relación con la mayoría de las que estábamos allí: un gran encuentro. Esto a lo mejor me lo invento, con una gran influencia en el alma, no como los libros, ni la ciencia en la música.
Quisiera hacer referencia a algunos puntos del encuentro :
Yo he asistido a muchos findes de curso, de carrera... otros que puedo comparar aunque había aspectos distintos o ya han pasado muchos años y flaquea mi memoria :
1- Me llamó la atención las serpentinas blancas por el suelo. Me emocionaron: cayeron como del cielo. Sólo unos segundos pero suficientes para que se quedaran en el recuerdo.
2- Me pareció precioso que los instrumentos formaran una silueta con el cuerpo de los músicos.
3- Pasaban las fundas de los diferentes instrumentos musicales que algunos llevaban sobre sus espaldas. El ambiente era muy distinto. El ambiente en general era de música.... ni prosa ni ciencia, aunque acababa haciéndolas.
No recuerdo cuándo le conocí. Posiblemente en una clínica maternal, hecho un gusanillo viviente.
Más tarde, ya era un niño más en la casa de los abuelos y pronto aprendió a pronunciar mi nombre. Así creció. Yo casi no me di cuenta porque el día que lo ví con su figura pequeña pero correctísima, me dió el gran asombro : era un hombre, "hombrecito" que me invitaba a su fin de carrera.
Me pegué el gran susto: habían pasado los años, sobre todo para mí.
No lo podía creer, sus manos se movían artísticamente sobre el teclado y la música que sonaba te transportaba a otros mundos. La música y la figura eran y formaban el personaje que aquél día se presentaba a juicio de su fin de carrera.
Yo estaba sentada en un sitio clave. Veía transversalmente unos brazos, cuerpo y manos en una diagonal perfecta con la música de Bach. Los invitados al concierto, al menos yo que soy despistada (como siempre me han dicho) no sabíamos que sus profesores estaban presentes (detrás) para calificar la ejecución de su fin de carrera.
Admiré la sabia fusión que la música en su conservatorio hace de la enseñanza y la docencia. Magnífica relación para los que en nuestra experiencia de docentes no hemos sabido hacer unión tan interesante para nuestra vida un poco dura, en la que habríamos necesitado algo de esta fuente de riqueza humana.
Más humano y delicado en las expresiones de alegría, más cuidadoso en la relación con la mayoría de las que estábamos allí: un gran encuentro. Esto a lo mejor me lo invento, con una gran influencia en el alma, no como los libros, ni la ciencia en la música.
Quisiera hacer referencia a algunos puntos del encuentro :
Yo he asistido a muchos findes de curso, de carrera... otros que puedo comparar aunque había aspectos distintos o ya han pasado muchos años y flaquea mi memoria :
1- Me llamó la atención las serpentinas blancas por el suelo. Me emocionaron: cayeron como del cielo. Sólo unos segundos pero suficientes para que se quedaran en el recuerdo.
2- Me pareció precioso que los instrumentos formaran una silueta con el cuerpo de los músicos.
3- Pasaban las fundas de los diferentes instrumentos musicales que algunos llevaban sobre sus espaldas. El ambiente era muy distinto. El ambiente en general era de música.... ni prosa ni ciencia, aunque acababa haciéndolas.