Son microrrelatos creados en protesta por el Concurso Internacional de Microrrelatos del Museo de la Palabra, de la Fundación César Egido Serrano, que concedió el Iº premio a un relato que no era inédito y además era el plagio de un chiste.
Hoy es un día soleado de otoño. Paseo con mi perro por el sendero que rodea el rio.
La naturaleza me regala la melodía de los sonidos del silencio y la frescura del aire puro que respiro bajo un cielo azul intenso, que contrasta con los ocres que engalanan las copas de las encinas y los verdes que alfombran las laderas.
El murmullo del agua se oye con más intensidad a medida que me acerco a una cascada, donde la
roca se adorna con la puntilla que crea el agua, majestuosa, al deslizarse.
De pronto veo un individuo que tira un ordenador portátil al rio, gesto que me llena de extrañeza.
Me acerco. En ese momento se dispone a tirar otro, sin dudarlo, le pregunto :
_ ¿Qué haces tirando los portátiles al rio?
Y me contesta:
_ ♫♫♫...pero mira como beben los PC,s en el rio...♫♫♫
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