Esta nota está fechada en Julio de 1952, es una reseña en rima, de la cena a la americana que en el Club de Tenis de Bata, del que mi padre era Presidente, se le ofreció como homenaje y despedida con motivo de su marcha a España en uso de licencia.
No culpo de lo ocurrido
ni a fulano ni a zutano
ni digo que fue debido
a maldición del gitano.
Ni que la famosa cena
de homenaje y despedida
fuera mal condimentada
o estuviera mal servida.
Que dieron platos tan finos
como rara vez se dan
y eran de marca los vinos
y el consabido champán.
Y me consta que sirvieron
un abundante cubierto
y los que se lo comieron
han confirmado que es cierto.
y hubo un brindis, escuchado
con la máxima atención
y porque nada faltara
concurso de charlestón.
Por las mujeres que había
era a la pista, lectores,
más que una pista de tenis
un jardín de bellas flores.
Y el ambiente saturado
de la más sana alegría
y no se había terminado
cuando ya empezaba el día.
Más tengo que asegurar
de manera lisa y llana
que fue una cena fatal.
la cena a la americana.
Pues, como a Jorba,
el de CAPA,
a todos los que asistimos
nos sentó lo que comimos,
cual si tuviera jalapa.
Y se que se produjeron
lamentables situaciones
y en algún caso problemas
de imposibles soluciones.
Por ejemplo: una familia
dos hembras y dos varones,
solo un cuarto reservado
y todos con retortijones.
Y yo pregunto confuso
a quien contestarme quiera
¿es que en América sirven
las cenas con tripotrera?
Por si acaso yo te juro
queridísimo lector
que ni dándome buen puro,
buen plato y mejor licor
vuelvo asistir a otra cena
que no sea estilo español.
Bata julio 1952
P.M.
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