Texto publicado en el blog "Cronicas de la muerte dulce" y editado en un libro colectivo.
INMORTALIDAD PERDIDA
Llevaba años trabajando en aquel yacimiento del casco antiguo de Barcelona y nunca imaginó que aquellos restos materiales fosilizados, de vida humana ya desaparecida, la hubieran llevado a aquel resultado tan sorprendente; sus estudios estaban en la última fase de investigación, aquellos fósiles de alto valor paleontológico, clasificados para su comercialización, demostraron tener los resultados más eficaces jamás conocidos en los laboratorios de biología. Un rotundo éxito científico y tecnológico.
Descubrió el secreto de la vida en aquella minúscula molécula, aquello que tantos científicos estudiosos habían soñado encontrar. Siempre el ser humano ha querido sobrevivir, frenar el envejecimiento, llegar a la longevidad en plenas facultades y Anne Jhorben Reicarth, encontró el camino llegando a las comprobadas y certeras conclusiones, que basadas en el método científico, conferían a su descubrimiento la propiedad de único.
Había procesado en el laboratorio aquel "nummulites" de la Era Cenozoica, del que estrajo la molécula AJR59 que daba vida a aquel gusano microscópico el llamado "Mureropodia apae", encontrado en la roca caliza; el cultivo llevaba meses y ese preparado, catalizado con Acetato de plomo y neutralizado con glicerol, que confería al elixir un sabor dulzón agradable estaba preparado y no daba lugar a dudas, que la reacción en cadena de la polimerasa, evidenciaba, que con un índice de fallo del 99'99% los resultados eran excelentes: ¡el hombre sería inmortal!.
Había donado todos sus conocimientos al servicio de la humanidad, no sin antes solucionar la idea de la inmortalidad. Conociendo la condición humana de ambición y codicia, reguló minuciosamente la distribución del elixir para que llegara a todos los continentes, sin que mediaran (como es habitual) los intereses de los más poderosos, y ultimó las bases de la creación de la altruista fundación ONNC (Organización de Nuevas normas de Convivencia) a través de la cual los seres humanos que ingerían el elixir, además de inmortales se tornarían absolutamente respetuosos con sus semejantes y con el planeta tierra.
CAPITULO FINAL
Descansaba tras una larga jornada de trabajo cuando en su computadora por vídeo-conferencia saltó la alarma; al parecer las previsiones de las profecías de los Mayas se estaban cumpliendo, el caos y la destrucción al otro lado del Atlántico había empezado a acontecer.
El equipo de su amigo, el más prestigioso científico estadounidense Jhosep Vincent, intimo colaborador de la doctora del Nobel Carol Greider con quien había estado trabajando intensamente en los últimos tiempos, no podía impedir la activación del virus VMH-07, causante de la "muerte dulce" y su propagación incontrolada y letal ya era una desoladora realidad.
Anne, y sin tiempo que perder, se disponía a poner en marcha todos los mecanismos de distribución del elixir Revital©AJR porque no dudaba que era la única esperanza ante los fatales acontecimientos que se avecinaban; intentó ponerse en contacto con su laboratorio, pero no respondía nadie al teléfono, decidió acercarse sin tiempo que perder; apresuradamente bajó las escaleras de su dormitorio cuando le sobrevino una somnolencia súbita, al llegar al salón encontró a su marido postrado en el sillón, con una extremada palidez, se sentó su lado, le cogió de la mano, él sonrió cerrando los ojos, es entonces cuando tuvo la certeza de que el virus de "la muerte dulce" les había infectado... y Anne, sin fuerza para evitarlo, comprendió que era el final.
VER OTRO TEXTO PUBLICADO : SENTIR LA MUERTE DULCE