Con el adiós a Barcelona, te digo adiós a ti Barcelona, ciudad de sueños y contrastes que han dejado huella en mi alma. He recorrido tus calles, he besado la brisa marina y me he empapado de tu vibrante energía. Musa de artistas, tu Gaudí me elevó al cielo, tu Tàpies y Picasso me enredaron en sueños surrealistas y tu Boquería me brindó productos de sabores singulares para tu rica cocina, la cual ha deleitado mi paladar en el divino gusto, sí, sí, con el placer de comer, uno de los pocos placeres que conservo intacto a pesar del paso del tiempo. Dejo atrás la Sagrada Familia, el Park Güell, el bullicio de las Ramblas, la Barceloneta, el barrio del Guinardó... Aunque me alejo físicamente, siempre seré parte de tu mosaico multicolor: lo vivido, lo sufrido, el amor, el desamor, el miedo y el valor, la plenitud, el vacío, el hola y el adiós. Debo seguir mi camino para perseguir nuevos sueños que ahora forjaré en otra tierra. Me llevo todo en un recoveco del alma que cobijaré con mimo. Será