En el último tramo
En el último tramo Éramos el centro de miradas al acecho de silencios traidores. Diana de desprecio. Por miedo, negábamos una y otra vez nuestra relación íntima, hasta el día que escapamos juntas. Juramos que nunca volveríamos a aquel país de lo prohibido. Así fue, pero no supimos aguantar la represión social constante de aquella época y la carga causó estrago en nuestra relación. Nos separamos. Aquella noche, caminando por el entramado de calles, al pasar por delante del Trans Club, tuve un presentimiento y entré. No me equivoqué. Me senté en un rincón. En el claroscuro de la sala una ráfaga de sombra llamó mi atención. Te reconocí en tu forma de andar al salir del privado. Bebí de golpe la copa del francés Clicquot, deseando que las burbujas aliviaran la mano que me estrechaba la garganta. Al pasar por mi lado, el rastro acaramelado de tu perfume hizo aflorar mis recuerdos. No me viste. Tu desenfadado plumaje, el chal rojo de