Lo conocí cuando vino a vivir a mi rellano. Era introvertido. Supe que de adolescente fue perseguido y a uno de sus amigos lo mataron por maricón. Yo que soy un hombre decidido, le tiré los tejos. El lapsus de respuesta fue tan prolongado. Desde entonces regresaba del trabajo dubitativo y parecía no atreverse a entrar en el portal. Le observaba desde mi ventana. Lo veía cruzar de una acera a otra mientras contaba ciento uno, ciento dos, ciento tres... entonces bajaba a buscarlo, nos tomábamos unas cervezas y de regreso lo acompañaba hasta su puerta. Hace unos días sube directo a mi casa.
Anna Jorba Ricart es Aurora Hildegarda. En el límite de la realidad y de la ficción. Tu espacio para descubrir autenticidad.