Con cariño y admiración a mi profe de Microrrelatos de la Escuela de Escritura del Ateneo de Barcelona. Querida Nélida, esto no es un microrrelato y no quisiera que optaras después de leerme, por la Fuga y el Contrapunto y me dejaras en los Círculos de acíbar , expuesta a las fauces de los Saurios en el asfalto. Hay realidades que son como reflejos de Luz de hielo, en las que, pedir respuesta a un Dame Placer , estaría fuera de lugar, cuando ya lo das en raciones intelectuales endulzadas con Melalcor . Ni tu, ni yo, ni nadie que ande por caminos hasta La mitad sombría , se privaría de disfrutar de un instante de felicidad en La Isla de la última verdad . Negarlo sería necio, y pretenderlo, sin que , sería inútil. Una verdad nunca es la última, porque hay que dar paso a cuantas verdades renovadas aparezcan. Nadie te salve la vida Los Viajes subterráneos ayudan a conocer los Trastornos literarios o las vacilaciones de las que somos presa. Vencimos ante la duda de Género de punto o