Ajedrez. Paralelismo con la vida. La reina
“ Se puede aprender mucho más de una partida perdida que de una partida ganada. Tendrás que perder cientos de partidas antes de llegar a ser un buen jugador” (J R Capablanca) Soy una dama en el juego del ajedrez y una pieza mayor, la preferida de los principiantes del juego por mi movilidad. Antiguamente mi nombre era alferza, fiz, ferz o firzan en el El libro de los juegos, que en otra entrada ya cité del Rey Alfonso X el sabio, en el siglo XIII. Hasta finales del siglo XV, que empiezan a denominarme como me llaman. Aceptada la propuesta de Francesch Vicent, estudioso del ajedrez, que gracias a su tratado hizo más ágil el juego y me dotó de más campo de movilidad. Por tanto soy versátil y poderosa. Se debe evitar a toda costa que sea capturada. Me muevo en línea recta por las filas, columnas y diagonales en el tablero. No puedo saltar a mis propias piezas o las adversarias y capturo tomando el escaque ocupado por el escaque adve