La recuerdo bailando al compás de la música que emitía su emisora preferida. Ponía la mesa al acabar de hacer la comida. El mantel se lo acercaba a su pecho, lo abrazaba y daba vueltas y vueltas, feliz con aquella improvisada pareja como si se tratara de un galán con traje a cuadros. Iba colocando sobre la mesa los platos, los cubiertos, los vasos, al ritmo de las canciones. Mi madre era feliz con la radio. Le regalaba momentos inolvidables. Para nosotros, sentarse a la mesa a comer tenía matices festivos. Se respiraba un ambiente alegre con algún que otro guirigay en el rincón de los más pequeños, que eran inquietos y entre patadas y gritos se pasaban por alto las normas elementales de urbanidad. Papá, comía precipitado, como si alguien tuviera que venir a llevarse su ración. Disfrutaba con todo. Reconocía que mamá era una gran cocinera, que sabía sacar partido incluso con los ingredientes más sencillos. Ella tenía sus secretos de cocina y con dedicación mimaba los alimentos hast...
Anna Jorba Ricart es Aurora Hildegarda. En el límite de la realidad y de la ficción. Tu espacio para descubrir autenticidad.