Historia de superación
Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómos. (Nietzsche) Admiré a mi madre con sus ganas de vivir. Desde aquel 27 de junio que se rompieron su cuerpo y su mente, no deje ni un día de ir a verla. No sé si pudo volver a su casa, pero estuvo en el mejor lugar que se merecía para recibir sus atenciones. Cuando no creí en ello me la llevé a otro lugar que me pareció mas adecuado. Disfruté de su presencia el tiempo que le quedó. Su sonrisa y su cara iluminada al verme me reconfortaba, y su tristeza ante las ausencias de su hijo, me consternaba. *** La saqué del sociosanitario donde ingresó para hacer la convalecencia. *** La saqué de la Residencia Activa por malos tratos *** La saqué de Residencial Lepanto pésima atención *** El último lugar donde la llevé fue El Olivaret y ojalá la hubiera llevado antes. Los impresentables de mi familia lo tildaron de cuchitril. Así me comentaron personalmente personas cercanas a ellos el día de su funeral. Ellos que fuero