Discutimos. Cerré la puerta de un portazo y amenacé con no volver. Caminé hacia la playa buscando calma. Al mar le confesé mis motivos, mis razones. Le pedí que su brisa alejara de mi pensamiento lo que había sucedido. Empezó a agitarse. Su vaivén era como mi soberbia y mi altivez en la discusión. Prepotente, El agua se tornó encrespada. Levantaba espuma. Su roce dañaba mis pies. Al cielo le nacieron nimbos que advertían precipitaciones y el sol se apagó tras el horizonte. Entendí el mensaje. Regresé. ******************************************* VOLVER AL INICIO DEL BLOG
Anna Jorba Ricart es Aurora Hildegarda. En el límite de la realidad y de la ficción. Tu espacio para descubrir autenticidad.