El indefendible
EL INDEFENDIBLE
Mi mesa de escritorio está frente al marco de la ventana por la que veo los pájaros que vienen a comer a la casa que les he construido. Con pena observo también el jardín vecino, el talador de árboles que se ha llevado por delante una palmera, un níspero y si no lo impedimos un naranjo al que ni se digna cuidar ni recoge sus frutos.
Confunde el uso privativo como propietario con hacer lo que le da la gana en terrenos comunitarios. Ha incurrido en delitos graves y la Comunidad lo ha denunciado.
Ahora este impresentable ha perdido el respeto de todos sus vecinos, acude a las reuniones de comunidad con su abogada, por lo que resulta patético, pero su honorabilidad, que defiende la letrada, ya nadie se la cree y no tiene verguenza después de ver como actúa.
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