Ajedrez. Paralelismo con la vida. El caballo
El ajedrez es un juego de pensamiento. Requiere un plan lógico, concentración, previsión, observación, deducción, imaginación, intuición y por supuesto conocer los movimientos de las piezas. Soy la pieza que mayores dificultades presento para comprender como me muevo porque a diferencia de las otras no tengo un movimiento rectilíneo. Salto formando una "L" de dos casillas por un lado y una casilla por el otro. Imaginativamente represento las virtudes de la caballerosidad. Soy un caballero. En otras lenguas así me llaman ( knight, cavalier, cavaliere, springer, etc.) Poéticamente sería un jinete viajando en busca de aventuras con pericia combatiente. Soy poderoso en el centro y a él me debo dirigir inmediatamente, porque siendo el centro poseo la fuerza y me vuelvo sutil en el ataque. En las orillas me siento más débil. La verdadera belleza del ajedrez consiste en la lucha entre diferentes personalidades, el ajedrez no es un juego violento, la vida si. De p