Después de introducir una partícula de lengua viperina en la viscosidad del Agar, dejé la placa de Petri en reposo durante horas.
Al día siguiente me acerqué a observar si había alguna signo de vida y viendo que, moviéndose de un lado a otro como un animal enjaulado en crisis de ansiedad, estaban las células locas en su interior. Habían proliferado haciendo el cultivo positivo.
Al abrir la caja, con el oxigeno, los diminutos elementos empezaron a crecer. Tomaron forma de mujer, que enseguida reconocí, se hincharon como un globo que empezó a elevarse y que salió por la ventana perdiéndose en la atmósfera.
Me felicité por ello.
En vista del éxito a la semana siguiente, repetí el experimento con unas pizcas de imbécil, de imberbe, de resabido y de
mujerzuela que también dejé reposar sobre las placas esterilizadas de Agar. Una para cada uno para asegurarme que no se me dispersaran. Cuando proliferaron unas cuantas colonias, repetí el mismo método de cultivo. Al abrir las cajas y oxigenarse, empezaron a crecer los microorganismos. Reconocí al momento a dos varones, el tercero y una mujer, me parecieron dudosos, pero acabé reconociéndolos en la fase posterior, cuando se hincharon como globos. Entonces abrí el ventanal de par en par y dejé que se fueran a contaminar otra atmósfera lejos de la mía.
La técnica para deshacerme de elementos tóxicos, contagiosos, patógenos y contaminantes, la tengo patentada. Y advierto que estoy inmunizada de sus efectos nocivos.
La recomiendo para deshacerse de ladrones, mentirosos, estafadores, morosos, chorizos, sinvergüenzas, hijas de puta, soberbias, resabidas, hipócritas, falsas, traidoras, malintencionadas, chismosas, flojos de mierda, timadores, corruptos, cabrones, difamadores, vendidos, golfos, aprovechados, caraduras, chupones, inútiles, peseteros, vagos de mierda, saqueadores, gilipollas, bobos, oportunistas, tramposos, pedantes, ... y un largo etcétera.
