Que cierren de una vez los parques zoológicos



Estoy reflexiva. A mi mente van y vienen inquietantes pensamientos reviviendo temas de otros tiempos. He conectado de nuevo con protagonistas de un remoto escenario con quienes, desde entonces, no había vuelto a tener trato. Releo escritos recopilados en largas tardes llenas de pena. Conflictos no resueltos. Durante muchos meses llev un caparazón enquistado, hasta que el tiempo y el olvido, han querido aliviar mi carga. Dejo que mi cavilación vuelva y revuelva mi corazón. No quiero repetir pautas que nunca debieron ocurrir. No quiero que se marchen las ideas, aunque rancias, de aquella pesadilla, porque se que me siguen curtiendo el alma. No quiero olvidar detalles a pesar del daño que me hacen los recuerdos, porque aquel daño fue directamente proporcional a la intensidad de la injusticia. Cuando aquella mujer azuzó las masas en el circo, hinchando la cabeza a su pupila inmadura para que etiquetara los palos de ciego desesperados míos, de calumnia, dispuso una lapidación directa. Allí se cebaron todas las ignorancias juntas. Pero seguí con mi verdad, la que fue. Y el resto no estaba. Y si estaban parecían muertos. Lo que son las cosas Anna murió y renació más de dos y de tres veces, a placer, en otras arenas, con otros públicos. Aquella sentencia directa y dedicada no surtió efecto. Anna tuvo su razón. La defendió, la defiende y la defenderá. Está cuando quiere estar y se va cuando le apetece. Lleva consigo una maleta repleta de sentimiento, que ofrece como siempre para quien sabe recogerlo y mimarlo. Nada extraordinario porque es lo que se hace con el verdadero sentir. Recoge su casa sin dejar los restos a nadie. Se da entera reviviendo de nuevo sus palabras en otros lares. Así es feliz renaciendo libre de ataduras. Hoy mira aquel escenario y ve cenizas. En su reflexión se pregunta ¿Realmente creísteis que estaba herida de muerte? Por cierto, esta entrada iba de zoológicos. – Si, si, casi se me olvida. Dicho lo dicho, es que los zoológicos humanos están pasados de moda y cerrados es como hay que tenerlos. Algunos ya lo han hecho, otros sobreviven muertos de asco. Tarde o temprano se hace justicia y el tiempo pone a cada uno en su sitio, esto me sentenciaron y estoy de acuerdo.

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