Cuando lo que se escribe no gusta o molesta se pone en marcha la estupidez humana elevada a la máxima potencia, en forma de anónimos.
Durante los años que me muevo por los blogs, en repetidas ocasiones he tenido la visita de estos/as cobardes. De algunos nunca llegaré a saber de quien se trata, de otros podré sospecharlo, pero eso y nada es lo mismo y de alguno/a he sabido y reconocido, sorpresivamente, quien se encerraba detrás. Lamentable. Con esos/as hipócritas he roto el trato y la comunicación, por supuesto no me interesan sus milongas.
Hace unos días recibí un e-mail en el que se acusaba "PRESUNTAMENTE" a ciertos personajes de la sociedad española, políticos, banqueros, empresarios, de llevar su dinero a paraísos fiscales, de hacer mal uso de los bienes públicos, citando nombres y apellidos. Me pareció un texto relevante, y dado mi grado de indignación con estos "mangantes", hice una entrada denunciando el tema, añadiendo también el escrito publicado en la columna de Elsa Lopez en el periodico de Las Palmas El Alisio, con título "Pais de Chorizos".
El mismo día recibí el siguiente comentario anónimo:
http://www.vnavarro.org/?p=8039
Lo que has escrito es una canallada. Como puedes ver en la web del profesor Navarro que te adjunto, esa lista es una manipulación y nunca la ha escrito el profesor Navarro. Espero tu rectificación en este mismo medio. Ten por seguro que en caso contrario te encontrarás con acciones legales.
Ante lo cual, y tan solo al tercer día de empezar el blog, no me interesaba para nada mantener un conflicto, retiré el escrito y contesté:
No quiero problemas, retiro el fragmento del articulo, tras leer el texto del Sr Navarro. Nos manipulan unos y otros y mi grado de indignación es la misma ante tanto ladrón de arcas públicas.
Dicho esto, aprovecho para declarar una vez más, la cobardía de los anónimos, sean quienes sean.
He de aprender a pasar de ellos, a base de enfurecerme y contestarles, lo que recomiendo no hacer; me fastidia mucho su presencia.
Así que para que conste, lo mejor es ignorarlos como a las malas personas.
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Comparto con vosotros la crónica de mi amiga Elsa Lopez publicada en el diario digital de La isla de la Palma, "el Alisio", precisamente hablando de éste PAÍS DE CHORIZOS.
"Encender la televisión y echarse a temblar viene a ser lo mismo. No hay mañana que no lleguen nuevas versiones de la figura que ahora prima en nuestra amada patria: el chorizo, un modelo que se repite en cada uno de los tipos que aparecen ante nuestros ojos cada día. Roban, prevarican, acumulan poder, se pasean en buenos coches con o sin chófer, entran en las tiendas y restaurantes de moda, se fotografían con esposas, amantes y yernos, hacen deporte en barco, a caballo o sobre pulido césped; van a estrenos, cenas de beneficencia y comedores sociales y se retratan impunemente en cada uno de esos lugares. Suelen llevar una corte de amigos, enemigos y curiosos y portan abrigos de diseño con caída libre sobre sus hombros de aparente respetabilidad. Todos conocemos a alguno de estos personajes incluso les hemos dado la mano en alguna recepción social o literaria, porque los chorizos también leen y van al teatro y a la ópera. Los chorizos de tercera división van en chándal y con zapatillas de imitación, llevan una bufanda miserable, asaltan las limosnas de cepillos y recolectas y se soplan los dedos cuando aprieta el frío o poco antes de robarte el bolso con violencia. Los chorizos de segunda son buenos padres de familia y van con su señora a ver espectáculos donde bailan señoritas con el culo al aire y se sirven bebidas de colores; llevan a sus retoños al colegio y acompañan a los amigos al fútbol y a la caza de venados. Roban con discreción y suelen hacer chanchullos con instituciones y empresas. No les vemos las caras porque no interesan sus vidas de mediana calificación. Pero roban, o sea, son chorizos. Los chorizos de primera categoría son los verdaderos, los genuinos, los de denominación de origen. Ellos son los que salen en revistas del corazón o en programas donde se cuentan cosas verdaderas aunque parezcan inverosímiles. Son los mismos que van en taxi con tarjetas de oro pagadas por los ciudadanos; viajan en preferente en nuestro nombre y recorren países y paisajes divirtiéndose con nuestro dinero; van a conciertos, misas y bodas pagadas con los impuestos de los españolitos; se quedan con las subvenciones de gobiernos y de instituciones y, con la mayor de las desvergüenzas, nos dejan sin sanidad, sin educación y sin un duro en los bolsillos. Son los chorizos a gran escala. Algunos acaban en el banquillo y en la cárcel para consuelo de muchos. La mayoría continúa ejerciendo en sus puestos de alta gama. Desde los escaños del parlamento hasta las butacas de determinados despachos, los chorizos de postín nos humillan, irritan y, lo más doloroso, nos conducen cada día a la miseria moral más absoluta."