Erase una vez que imaginé en tus palabras mi propio mundo.
Me sentí mujer enamorada igual que tú y lo soy en la profundidad del sentimiento.
He deseado que el mundo se parara en ese instante, pero el mundo sigue, la vida sigue, el placer acaba y queda el cariño más grande que puede existir.
Como el mío.
Como el tuyo.
La diferencia es que en nosotras han pasado muchos años, y nos queremos, todavía.
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