Al cabo de los días observando Facebook, del que muchos despotricamos, pero seguimos utilizando para dar difusión a nuestros intereses, digo que observando elaboro una teoría que me ha llevado a una verdad.
Cada vez que se te enlaza en algún tema y se te cita o se te etiqueta (que poco gusta esta palabra) sale automáticamente en tu muro, y tú que no quieres que nadie se interponga entre los pensamientos, elucubraciones, reflexiones o fotos que publicas, lo retiras sin piedad.
La primera vez me pasó a mi en otro muro.
Me di cuenta enseguida.
Nunca más caí en ese error.
Confieso que me dolió en su momento, tanto, que retiré toda presencia mía en tu terreno. Borré mis comentarios y aquel dialogo que intercambiamos.
Con el tiempo comprendí que no tenía más importancia y lo relativicé.
Ahora cada vez que veo al de turno hacer lo mismo, espero el momento en el que de un plumazo, mejor dicho de un clicazo, lo retire.
Rara vez me equivoco. Pero ya no me importa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes comentar que intentaré responder lo antes posible, Gracias