Te resignas en absurdos “porprincipios” y abdicas con los "porquenohaymásremedioqueaguantar” en tu propia casa. Y así andas amargada por la vida. Tan reprimida que arremetes contra los demás, sentando cátedra con la lengua viperina que te caracteriza.
Caminar en paralelo con gente tóxica como tú, con la que no tengo nada en común, es como ir descalza y desprotegida.
Tus caminos están llenos de críticas, de celos, de odio y contaminan.
Alejarse de ti fue una liberación.
Cerca de mi está quien me regala cariño sin dobladillos, me hace libre y es tolerante y además no va de nada.
Es obvia la elección.
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