que viniste a insultarme
con tu abuela de cuerpo presente.
No te voy a perdonar.Que la vida vomite
sobre ti con creces,
tu misma maldad.
Eres un ñaque en mi trastero,
como un amasijo de morralla, fuera del alcance de mi vista.
Podría hacer que mis palabras para ti, como cuchillos de biselado filo, te atravesaran el corazón.
Podría hacer que mi indiferencia
hacia ti, espada de hierática frialdad, ignorara tu nombre.
Podría hacer que este vacío abismal,
donde te meto, ahogara tu sin sustancia.
Podría hacer que mi olvido,
donde vas a estar, aislara tu recuerdo.
Pero ni siquiera eso te voy a dar.
Ni palabras, ni indiferencia,
ni vacio, ni olvido mereces de mi
y menos ahora,
que lejos de ti y de los tuyos,
mi vida es un remanso de paz.
Sin argumentos, sin diálogo, sin conversación previa, vomitó con rabia (le viene de familia y tiene a quien parecerse, su padre hace lo mismo) y me insultó.
Mi madre hacía unos minutos que acababa de morir.
_¡porque eres una asquerosa! _ me dijo, cuando le pregunté si sabía por qué había dejado de hablar con su padre desde hacía algunos años.
Su marido la sacó de la habitación y su padre visiblemente alterado, ante todos los presentes, hizo el gesto, dándose palmadas en la mejilla como queriéndome decir ¡qué cara, qué cara tienes!
A esta calaña, no tengo nada más que decirle.
Es imperdonable.
Otra entrada que hace referencia a la misma persona
*******************************************