Mi mente infiel se escapó deslizándose hacia quimeras sin sentido.
Se alejó del recelo de la duda.
Quiso escuchar el gorgorito de otro ave.
Elevarse con el aleteo de otros vuelos.
Mimarse con caricias de nueva brisa.
Adentrarse en un mar de profundidad desnuda.
Peligrosa travesía de juego y devaneo.
El mínimo atisbo de tu ausencia, me dolió tan adentro,
que preferí al instante regresar al miedo y al vértigo de ser feliz,
en esa mirada tuya que, sin decir nada, lo dice todo.
POR AMOR. J.L.PERALES
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