Estoy en la cocina preparando la cena cuando de repente oigo un vocerío en mi despacho que me asusta. Me acerco con sigilo y me encuentro encarado a Wind discutiendo con Mac.
—pues es lo que creo por más que digas lo contrario. Eres su preferido. A mí me tiene abandonado.
—No digas tonterías Wind, no te ajustas a la realidad.
Te tiene actualizado, se preocupa por tu estado, te mantiene los programas al dia, te tiene protegido, ¿qué más quieres?
—pero si cada dia está contigo. A mí ni me mira.
Yo comprendo que eres más grande que yo, eres rápido, pareces más inteligente, tu línea es elegante, y …
En ese momento les increpo
—¿qué pasa? ¿A estas alturas os vais a pelear?
Siempre habéis convivido juntos en paz ¿a qué viene esta discusión? Parecéis el perro y el gato
Se me quedan los dos mirando. En silencio.
Wind con su salvapantallas de perro labrador y Mac con la suya de gato persa. Al ver las dos imágenes, me rio y comprendo por qué se pelean.
Vuelvo a la cocina a seguir preparando la cena.
Cuando oigo a Wind que le dice a Mac— será mejor seguir como estábamos no vale la pena remarcar las diferencias.
Y es que...como si de Windows o Mac se tratara, de hombre o mujer, de él o ella., de ambos, los designios del querer son impredecibles.
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Versión 2
Antes de ir a preparar el desayuno, doy al interruptor que pone en marcha mi equipo informático. Hoy, un jaleo de voces ha empezado a salir de la mesa de escritorio.
Oigo a Toshib que le grita con insolencia a Macarena. Ella, le mira displicente con sonrisa socarrona.
—¿Qué pasa aquí?— increpo.
—Muero de celos desde que tus manos acarician cada día a Macarena. Me has dejado de lado. Durante un tiempo solo me tenías a mí, hasta que vino ella. Me abandonaste.
—Cuanto lo siento Toshib. Cuando dentro de una, quien escoge es el corazón, nada se puede hacer.
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