Otras versiones de este texto presentadas en La Biblioteca Esteve Paluzi y en Wonderland.
AL ESCRIBIR
Cuando escribo intento que mi mano libere pensamientos trazando un reguero de letras engarzadas que sepan proyectar un soplo de vida en un espacio en blanco. La experiencia me ha enseñado a crecer y para el olvido a borrar, por ello insisto en eliminar palabras huecas, porque el cuerpo virgen del DinA4 ante mis ojos en la mesa de escritorio, necesita expresiones acertadas para no verse abocado al túnel de la papelera. Según dijo Hemingway, "el primer mueble en el estudio de un escritor". Espero que no necesite terapia de electrochoque, como él, o al menos no perder la cabeza en el intento.
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